Mundo de la vida: Contexto de la acción social.


Claudio Esteban Merino JaraAsistente Social,
Licenciado en Trabajo Social
Mención en Desarrollo Rural,
Magíster© en Economía y Gestión Regional.
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Abordaje teórico de la realidad.

Las personas se desenvuelven a nivel de su vida cotidiana a través de interacciones sociales en las cuales se establecen relaciones de poder, afectos, sentimientos, ocio, trabajo, en fin; actividades que en parte están influidas por el accionar de predecesores que han condicionado las pautas socioculturales de una sociedad determinada. Este conjunto de interacciones, implican una serie de constructos sociales que están en constante interacción y han sido objetivados a través de la sedimentación social, es decir, que escapan al dominio de conciencias individuales para constituir factores coercitivos que ayudan a que una sociedad se autorrecree a si misma y contextualice la acción dentro de los parámetros validos para una sociedad en particular.

Estos factores coercitivos constituyen según Anthony Giddens (1997) una dualidad de estructura, en tanto obliga a las personas a desenvolverse en una realidad que esta determinada por el accionar de predecesores; pero que a la vez habilita, debido a que las estructuras sociales se pueden modificar. Esta capacidad solamente es operativa cuando se adquiere la capacidad de agente, es decir, adopta una actitud activa - reflexiva respecto de sus interacciones y entorno, movilizando en interacción con otros, acciones para construir estructuras sociales nuevas.

Por esta razón, continuando con Giddens la estructuración social es la construcción y reconstrucción de la realidad, determinada por la estructura creada y recreada por los predecesores y que es aprendida y modificada por los actores sociales a partir de la intencionalidad de modificar su entorno social, determinando la producción y reproducción social, por lo tanto, está constituida por el carácter fundamentalmente repetitivo de la vida social y diseñada para expresar la dependencia mutua de la estructura y el agente en términos de espacio-tiempo.

Los seres humanos transforman a la naturaleza socialmente, y al humanizarla se transforman a si mismos; pero, por supuesto, no producen el mundo natural, que esta constituido como un mundo-objeto independiente de su existencia. Si al transformar ese mundo crean la historia, y por consiguiente viven en la historia, lo hacen por que la producción y reproducción de la sociedad no está biológicamente programada, como ocurre con los animales inferiores. Las teorías que los hombres elaboran, pueden afectar, a través de sus aplicaciones tecnológicas, a la naturaleza, pero no pueden llegar a constituir características del mundo natural, como lo hacen en el caso del mundo social" (Giddens, 1997).

La estructura social, constituye entonces una construcción social que es habilitante y coercitiva, conteniendo el tejido social en el cual se encausa la acción, la cual, según Habermas (1987) es articulada por el lenguaje a través de espacios intersubjetivos, constituyendo su mundo social.
Habermas apela a la estructura dialógica del lenguaje, como fundamento del conocimiento y de la acción. Como resultado, extrae el concepto de acción comunicativa donde la racionalidad está dada por la capacidad de entendimiento entre "sujetos capaces de lenguaje y acción" mediante actos de habla cuyo trasfondo es un "mundo de la vida".

Al validar el lenguaje como un medio objetivo que constituye el mundo social, éste es aceptado por otros sujetos que comparten la misma cultura y de esta forma aceptan las construcciones sociales como fundamentos de una acción racional. Es decir, las personas a través de un proceso dialéctico, fundamentan su verdad en actos de copresencia, interpretando el receptor estos argumentos dentro de un contexto histórico social como coherente, de tal manera, existe un consenso de mutuo entendimiento, en cambio, en el mundo subjetivo los modos explicativos no trascienden del plano personal; entablándose recíprocamente a este respecto pretensiones de validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio; en tal caso, existe una negación ontológica del otro debido a que se opera dentro de planos contextualizadores diferentes, por lo tanto, no existe un marco de relación en la cual se valide comprensivamente la relación entre sujetos.

"Este concepto de racionalidad comunicativa encierra connotaciones que, en su esencia se fundan en la experiencia central del discurso argumentativo que produce la unión sin coacción y que crea el consenso, proceso en el cual los diversos participantes logran dejar atrás sus creencias, primeramente solo subjetivas y, gracias a la experiencia común del convencimiento motivado racionalmente adquieren la certeza, simultáneamente, de la unidad del mundo objetivo y de la intersubjetividad del contexto en que desarrollan sus vidas." (Habermas, 1987)

El lenguaje está al servicio de la coordinación social, salvando las barreras culturales y las creencias individuales o de grupos. Al conectar el concepto de lenguaje con el de sociedad y éste con el de mundo de la vida, como horizonte contextualizador, se origina la apertura para iniciar una relación entre sujetos, entre culturas, entre aquellos que facilitan la acción y los actores sociales. Esta dimensión de relaciones dialógicas entre diferentes hablantes, implica que la racionalidad comunicativa es también una acción específica que los individuos adoptan hacia otros en una actitud de reconocimiento mutuo entre culturas. Encuadrando el mundo de la vida como contexto de la acción social, a través de la intersubjetividad.